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Integración de la tecnología en la estrategia de aprendizaje

“La edad de piedra no se acabó porque se acabaran las piedras, sino porque el cobre y el bronce eran mejores”. Steven Chu, científico estadounidense y premio nobel de física en 1997.

Estrategia aprendizaje
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Estamos en un momento de inflexión entre el aprendizaje online “clásico” heredado de los años 2000 (LMS + módulos  eLearning  que cumplen especificaciones SCORM) y la incorporación de tecnologías disruptivas a la forma de aprender de las personas, tanto en entornos corporativos y académicos como en otros informales o no reglados.

Obviamente no todas las empresas ni todos los países van al mismo ritmo en la adopción de las novedades. Ya sea por causas relacionadas con la tecnología (seguridad, ancho de banda, dispositivos disponibles, otros) como por otras culturales (que suelen tener mayor peso), las empresas se encuentran en estado de evolución muy dispares, lo cual es lógico y hasta necesario. Mientras algunas compañías ya están haciendo uso de HR Analytics y de métodos predictivos para adelantarse a las necesidades de formación de sus empleados, otras están aún trazando el plan para evolucionar desde la formación presencial en aula a modelos blended.

LA IMPORTANCIA DE TENER UNA BUENA ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE

En este camino el primer paso que se suele dar para pasar de un modelo predominantemente presencial a otro mixto es decidir qué LMS adquirir, y luego pensar en cómo nutrirlo con contenidos atractivos y útiles y, a ser posible, gratuitos (o muy económicos).

Sin embargo, antes de «comprar la casa y encargar los muebles» es conveniente pensar cómo creemos que será nuestra vida en los próximos años. Por ello es conveniente comenzar con un ejercicio de definición de la estrategia de aprendizaje de la compañía.

Una estrategia de aprendizaje es un Road Map que analiza en qué punto se está respecto al deseado, y cómo se debe actuar para recorrer el camino que nos acerque al modelo de aprendizaje a implantar en una organización.

Esto se hace fundamentalmente analizando tres aspectos:

  1. Aspectos culturales: cómo aprenden los trabajadores de la compañía en la actualidad y cómo queremos que lo hagan a futuro, cómo les llega la información y el conocimiento para poder hacer mejor su trabajo y cuál es su nivel de competencia digital, entre otros temas.
  2. Aspectos tecnológicos: a través de qué medios están aprendiendo, tanto herramientas para el aprendizaje (LMS, comunidades, sistemas de comunicación internos, otros) como recursos de hardware/software. Pueden darse dos extremos: que no se disponga de un LMS y por tanto haya que empezar a recorrer todo el camino desde lo presencial hacia modelos blended, o bien que la actual plataforma de aprendizaje no cubra todas las necesidades de los profesionales, con lo que sería el momento de evolucionar hacia un entorno personal de aprendizaje (PLE) que integre las diferentes formas de aprender en la casa (formales e informales, individuales y colaborativas).
  3. Aspectos metodológicos: con qué metodologías y formatos se transfiere el conocimiento en la actualidad, ya sea formación presencial, a distancia, eLearning , Informal Learning, otros, y hacia dónde queremos ir.

Teniendo claro este “mapa de situación”, se propone un plan de recomendaciones y acciones concretas que, a modo de Quick Wins, sirvan para evolucionar la forma de llevar el aprendizaje a las personas.

Entre esas acciones, por ejemplo, pueden encontrarse algunas como el desarrollo de las competencias digitales de los profesionales, la incorporación de mayor diversidad de metodologías online a la oferta actual, la definición de un libro blanco del aprendizaje, la optimización del uso de herramientas colaborativas internas, la adquisición de nuevos dispositivos móviles para poder acceder al aprendizaje desde cualquier lugar, etc.

LA TECNOLOGÍA COMO ELEMENTO INTEGRADOR

¿Se puede seguir aprendiendo solo de forma presencial? Por supuesto que sí. No obstante, al restringir la forma de aprender a una sola metodología (presencial, en aula, en sesiones de x horas), estaremos perdiéndonos la diversidad y riqueza que dan otras metodologías y la incorporación de las tecnologías al aprendizaje.

En la actual situación de transformación digital de las compañías, esto significará que a corto/medio plazo nos habremos quedado fuera de juego y no seremos capaces de comprender por qué nuestros profesionales son reacios a la formación, o por qué la transferencia del aprendizaje al puesto de trabajo no es la deseada.

Aprender con la tecnología ayuda a integrar las diferencias en dos sentidos:

  • En cuanto a la manera de aprender: a través de diferentes metodologías y formatos, más allá de leer en papel o en pantalla.
  • En cuanto a las diversas capacidades de las personas: con vídeos para aquellos con dificultades visuales, integrando el olfato o el tacto en experiencias virtuales, pudiendo aumentar el contraste o el tamaño del texto, etc.

La tecnología facilita aprender en cualquier momento y lugar, a través de cualquier dispositivo, de manera contextual y aplicada al desempeño, con otros y para otros (aprendizaje colaborativo), cuando se dispone de tiempo y de forma personalizada. Y gracias a ella, podemos obtener estímulos constantes y útiles que nos ayuden a ralentizar la curva del olvido.

QUÉ ESCOGER EN UN MENÚ DE POSIBILIDADES INFINITO

En el momento actual hay un amplio abanico de posibilidades de integrar el aprendizaje online a nuestra compañía:

  • Proveedores especializados en realizar contenidos online (a medida o bajo modelos de Content Factory).
  • LMS gratuitos (como Moodle o Chamilo, entre muchas otras plataformas Open Source) o de pago (que incluso integran especificaciones xApi, más allá del SCORM clásico).
  • Herramientas de autor para generar los contenidos eLearning  de forma autónoma, sin subcontratar a proveedores especializados (al menos para hacer elearnings básicos).
  • MOOCs de las mejores universidades (edX, Miriada X, Coursera…), así como otras plataformas de cursos gratuitos o de pago (como son Lynda.com, actualmente integrados en LinkedIn Learning, o PluralSight).
  • Muchísimas apps gratuitas o freemium que permiten dinamizar el aprendizaje presencial o construir actividades online lúdicas y participativas (Kahoot!, SurveyMonkey, PoolEverywhere).
  • Proveedores con productos a medida o estándar de gamificación, de realidad virtual o aumentada, de recreación de espacios virtuales, etc.

Es importante conocerlos, entrevistar a esos proveedores, entender como su solución puede encajar con nuestras necesidades actuales o futuras de formación, pero también es recomendable ser “sobrio” y no dejarnos llevar por la tentación de adquirir “lo que está de moda”.

Leer blogs especializados, ir a eventos, hacer Networking con colegas de profesión, estudiar los informes de tendencias y de estados del arte disponibles nos ayudará a entender qué hay y cómo estamos respecto a esas novedades. Y de este modo, ser capaces de elegir lo más conveniente según el grado de madurez tecnológica y sobre todo cultural de la compañía.

Hacer pequeñas pruebas piloto con estas herramientas, ver cómo funcionan, sus fortalezas y mejorables es imprescindible para comprobar si nos pueden interesar y, en caso contrario, aprender de la experiencia o dejarlos para un momento de madurez posterior.

EN CONCLUSIÓN:

  • Antes de decidir con qué herramientas, plataformas o softwares llevamos el conocimiento a nuestros profesionales, es imprescindible trazar un Road Map que alinee todas las acciones necesarias para alcanzar a corto y medio plazo los objetivos que nos propongamos.
  • Son muchísimas las opciones de recursos y proveedores especializados en tecnología para el aprendizaje. Antes de escoger uno u otro es recomendable probarlo y ver si resuelve algunas de nuestras necesidades reales de formación.
  • No se trata de utilizar “la última tecnología”, sino “la tecnología que permita alcanzar los objetivos de aprendizaje deseados”, según el colectivo destinatario.
  • La tecnología permite aprender de forma flexible: en cualquier momento y lugar, a través de cualquier dispositivo, de manera contextual y aplicada al desempeño y con otros y para otros (aprendizaje colaborativo).
  • La tecnología, en definitiva, abre las puertas hacia la personalización integral del aprendizaje en el siglo XXI, siempre que sepamos cómo encajarla en el modelo de cultura y de aprendizaje de la compañía.
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