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Smart Learning: sácale partido a tu aprendizaje

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Suena el despertador del Smartphone y sin levantarnos de la cama le echamos un vistazo a las notificaciones recibidas en las redes sociales, a las noticias e incluso al correo personal para comprobar si nos respondieron a ese mail urgente desde el otro lado del océano.

Desde que nos levantamos ocuparemos nuestro tiempo en estos porcentajes aproximados: 45%, para trabajar. 35% para dormir. 6% en traslados (al lugar del trabajo, al gimnasio, la universidad, la guardería o colegio de los niños, el centro comercial…). 5% en descansos para alimentarnos. Si nos da tiempo, un 5% irá a hacer deporte, y un 2.5% lo dedicaremos a nuestro aseo y cuidado personal. A todos estos porcentajes se suma un 21.5% del tiempo destinado a “vivir”. Si sumamos los porcentajes, obtenemos un 120%, es decir, que el día tendría que tener casi 29 horas para que nos dé tiempo a hacer todo lo que tenemos que hacer o a lo que nos gustaría dedicarnos.

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Como por el momento parece que esto no es posible, la clave está en optimizar el tiempo que tenemos para realizar cosas importantes, como por ejemplo, seguir aprendiendo. ¿Cómo sacar más tiempo para hacer ejercicio mejorar nuestro inglés o de adquirir nuevos conocimientos? ¿Cómo hacer el aprendizaje un proceso altamente eficiente? ¿Es capaz nuestro cerebro de optimizar los procesos de aprendizaje para ganarle tiempo al tiempo? ¿Es posible llevar a cabo un proceso de Smart Learning?

Cómo aprendemos

Según diversos estudios, el 50% de nuestro cerebro se focaliza en procesar información visual, y somos capaces de analizar y “digerir” la información visual muchísimo más rápido que la textual. También tenemos que recordar esta regla de oro respecto a lo que aprendemos y retenemos:

  • 10% de lo que leemos.
  • 20% de lo que escuchamos.
  • 30% de lo que vemos.
  • 50% de lo que vemos y escuchamos.
  • 70% de lo que decimos.
  • 90% de lo que decimos y hacemos.

Aunque resulte desalentador, si no lo repetimos y ponemos en práctica el 90% de lo que aprendemos lo olvidaremos completamente en un mes, empezándose a diluirse apenas una hora después de haberlo captado.

5 claves para un Smart Learning

Desaprender no siempre es negativo. El cerebro necesita olvidar cosas para aprender otras nuevas. Por tanto, la clave está en tener claro qué queremos conservar y retener frente a lo secundario y accesorio, y en practicar y repetir lo aprendido hasta que forme parte de nuestra rutina y pase al plano de la competencia inconsciente. Algunos tips para conseguir llevar a cabo un proceso de Smart Learning: 

  1. Hacer que nuestro cerebro se intrigue con lo que le estamos proponiéndolo. En su obra “Los 12 principios del cerebro” (Brain Rules), el Dr. John Medina expone 12 normas básicas para ejercitar la mente, siendo la 4ª que “la gente no presta atención a cosas aburridas”. Si no nos interesa el tema y no sabemos en qué podemos beneficiarnos, es decir, cuál va a ser el retorno de nuestro esfuerzo y dedicación, lo más seguro es que nos cueste más completar el aprendizaje y olvidar rápidamente lo aprendido. Exactamente como cuando leemos un libro malo o vemos una película que no nos interesa en absoluto. El cerebro reptiliano se detendrá si advierte peligro… o aburrimiento.
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«Los 12 principios del cerebro» (Brain Rules) del Dr. J. Medina
  1. Empieza y acaba a menudo. El aprendizaje es un proceso continuo. Dividir un proceso largo (por ejemplo, estudiar un master o aprender un idioma) en pequeñas dosis nos ayudará a tener una sensación de avance y progresión constante, evitando que un fracaso parcial nos desmoralice respecto al proceso global. Entender el aprendizaje como una serie de pequeños retos de dificultad variable, como una sucesión de etapas, siempre será más asimilable por nuestro cerebro que un gran bloque con dos únicos posibles resultados: éxito o error.
  2. Crea contrastes: Normalmente leemos el periódico o vemos el noticiario que confirma nuestras opiniones. En las redes sociales sucede algo parecido: la mayoría de los contactos que tenemos en nuestros muros son de opinión similar a la nuestra. Sin embargo, se aprende mucho más de personas que conciben el mundo de forma divergente, por lo que un buen consejo sería rodearte de individuos que te hagan pensar y reflexionar de otro modo.
  3. Piensa en modo visual. Aprender, repetir y contar lo que sabemos en formato de dibujos o historias nos ayudará no solo a retenerlo, sino a explicarlo mejor a otros. El storytelling es una poderosa arma de aprendizaje frente a las notas y apuntes tradicionales, y el cerebro está especialmente preparado para asimilar y visualizar historias.
  4. Focalízate en retener grandes ideas. Los detalles se olvidan rápido, por lo que es más fácil repetir y retener grandes ideas, es decir, la “foto general” de cada concepto aprendido. Los detalles se pueden recordar o complementar cuando sea necesario si tenemos claro qué es lo que estamos buscando en cada momento.

Se puede aprender en cualquier momento y lugar, pero diseñar y mantener nuestra propia rutina de aprendizaje inteligente (Smart Learning) nos ayudará a reducir el estrés y asimilar la información de modo más eficiente. Llevar siempre un cuaderno o una APP para tomar notas, apuntar ideas o realizar bocetos de lo que nos sorprende es una buena táctica, pero después hay que saber convertir esas ideas en hechos, en prácticas reales.

Para saber más:

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