“Mis acompañantes y yo tuvimos la buena fortuna de saborear el mundo de África… Nuestra vida en el campamento se reveló como uno de los interludios más encantadores de mi vida. Disfruté de la divina paz de una tierra todavía primigenia… Miles de kilómetros me separaban de Europa, madre de todos los demonios. Los demonios no podían alcanzarme aquí; no había telegramas, ni llamadas telefónicas, ni cartas, ni visitantes. Las fuerzas de mi psiquismo liberado se derramaban de nuevo por las extensiones primigenias”. Carl Jung, 1925.
Seguramente Jung, padre del psicoanálisis, hubiera definido “infoxicación” como una de las adicciones del siglo XXI. Por mucha voluntad que le pongamos, nos cuesta no mirar el Smartphone cuando oímos que entra un WhatsApp. Lo primero que solemos hacer antes de levantarnos de la cama es mirar nuestras redes sociales, las noticias o el mail. Aunque estemos trabajando, tenemos el móvil al alcance de la mano, junto al dispositivo de la empresa, para no perdernos nada de lo que esté pasando “en el mundo exterior”. Llamadas, correos, notificaciones, mensajes, alertas…
¿Cómo afectan la multitarea y la infoxicación a nuestra capacidad para aprender, ya sea en el contexto empresarial o en el personal? El hecho es que estamos hiperestimulados, pendientes de lo que tenemos que hacer, de lo que debemos hacer y de lo que nos gustaría hacer. Ser multitarea, es decir, capaces de hacer múltiples cosas al mismo tiempo, se está convirtiendo ya no en una habilidad, sino en una competencia deseable para el profesional del futuro. Pero… ¿hasta qué punto se confunde la multitarea con la dispersión mental? ¿Somos más eficientes abarcando muchos temas a la vez, a través de diferentes canales, o realmente nuestra productividad se ve perjudicada? ¿Sería más conveniente organizar nuestro tiempo para realizar en bloques cerrados una tarea completa cada vez, en vez de ir “a por todas” durante la jornada?
“No te preocupes, soy capaz de hacer dos cosas al mismo tiempo”
Según el Dr. Eyal Ophr, neurocientífico de la Universidad de Stanford, “los humanos no podemos hacer varias cosas a la vez, lo que hacemos es cambiar de tarea… cambiar rápidamente de una tarea a otra”. Dicho de otro modo, lo que hacemos es movernos rápida e ineficazmente de una tarea a otra, lo cual bloquea la entrada del flujo de información a nuestra memoria a corto plazo. En el caso de procesos de aprendizaje esto puede tener graves consecuencias, ya que lo que estamos aprendiendo no se transferirá a la memora a largo plazo para recuperarlo más adelante. Es decir, estaremos haciendo un esfuerzo agotador para el cerebro que además no nos reportará ningún beneficio tangible.
Para aprender y sacar rendimiento de nuestro tiempo y esfuerzo es fundamental la concentración: estar a lo que se está. Cuántas veces asistimos a una reunión y mientras estamos revisando nuestro correo. O bien nos vamos a una sala aislada para preparar un trabajo importante y sin embargo miramos de soslayo qué está pasando en Facebook. Los dispositivos móviles, las redes sociales, el correo electrónico, las llamadas y por supuesto, las personas (compañeros, pareja, amigos….) son distracciones habituales que nos hacen ser tremendamente inefectivos. Estar hiperexcitados y ansiosos por recibir novedades e información inútil se convierte en una especie de adicción. Nuestro cuerpo se carga de adrenalina que nos hace estar en guardia, y por tanto en el extremo contrario a la concentración. Querer sentir que estamos ocupadísimos, “al 125% de nuestra capacidad”, justifica que evitemos compromisos sociales, tareas que no nos apetecen o incluso nuestra falta de productividad, ineficiencia o bajo rendimiento.
No interrumpir: aprendizaje en marcha
En algunas oficinas ya se están empezando a ver iniciativas para que los profesionales puedan informar a otros de que no desean ser interrumpidos. Por ejemplo, un simple cartel advirtiendo de “por favor, no molestar” colocado en nuestro puesto de trabajo puede comunicar a los “ladrones de tiempo” que no es un buen momento para acercarse. También se empiezan a ver carteles similares añadiendo la coletilla de “Estoy aprendiendo”, ya que se suele considerar –craso error- que el aprendizaje en el puesto de trabajo es menos importante que el trabajo en sí mismo.
Pero además, podemos hacer muchas cosas para controlar nuestro déficit de atención, enfocarnos, concentrarnos y sacar más rendimiento de nuestro tiempo de aprendizaje. Algunas ideas:
- Preparar el momento: cuando nos disponemos a aprender tenemos que estar física y mentalmente preparados. Es como cuando nos ponemos a nadar: estamos nadando, nada más. No estamos chequeando el móvil, ni pendientes de que llamen al teléfono, ni de que entre un mail. Hemos reservado nuestra hora para nadar, y ese es el objetivo. Para ello es clave crear un entorno adecuado, sobre todo si vamos a aprender solos a través de metodologías de aprendizaje online. Tenemos que preparar la habitación, la luz, tener algo cerca para tomar notas, y advertir a los posibles distractores de que estamos en nuestro “learning time”:
- Alejar el móvil/tableta/portátil de nuestro alcance: cada vez son más los expertos que advierten de los peligros de tener el móvil en la mesilla de noche (luz azul, radiaciones, sueño poco profundo…) Lo mismo es aplicable a nuestro tiempo de estudio o aprendizaje. Alejar el móvil es alejar el principal foco de distracción. El mundo no se va a parar porque durante una o dos horas no le hagamos caso a nuestras redes sociales o a un correo que perfectamente puede esperar a mañana.
- Aparcar pensamientos que nos puedan distraer: si estamos aprendiendo debemos dejar de lado otros pensamientos relacionados con el trabajo pendiente, preocupaciones familiares u otros. Entrar en estado de flow requiere tiempo, pero una vez que se alcanza, las horas se nos pasarán sin darnos cuenta.
- Tener un plan: ¿qué objetivos de aprendizaje queremos lograr en nuestro «earning time”? ¿Insistiremos más horas hasta alcanzarlos? ¿Cuándo podemos dar el aprendizaje previsto como satisfactorio? ¿Cómo engrana con lo que hemos aprendido antes con lo que tendremos que aprender y practicar después?
- Tomar notas, hacer dibujos o esquemas: en la actualidad podemos aprender online de muchas maneras, según nuestra preferencia: leyendo, interactuando con un elearning, a través de un MOOC, practicando con un simulador, visualizando un vídeo… Pero mientras consumimos esos recursos de aprendizaje, nuestra actitud debe ser activa, como cuando estamos en un aula con un formador y otros alumnos. Tomar notas de lo que nos llama la atención o interesa, condensar los conceptos principales en un esquema o diagrama, o incluso hacer un dibujo o infografía a modo de resumen nos servirá para que ese aprendizaje no quede en la nada a las pocas horas. Por supuesto, habrá que revisar las notas y refrescar lo aprendido para fijarlo en la memoria a largo plazo, y ponerlo en práctica cuanto antes para transformar la información en experiencia.
Ser conscientes de qué nos distrae es el primer paso hacia la concentración y la optimización del tiempo. Evitando los estímulos y distractores que nos rodean seremos más eficientes en lo que hacemos, ya sea estudiar, trabajar, divertirnos o simplemente “vivir”.
Para saber más:
- Zack, Devora. “Una cosa a la vez (monotarea vs. multitarea). La fórmula eficiente para enfrentarte a todo lo que tienes que hacer”. Editorial Empresa Activa, 2016. https://www.amazon.es/Una-cosa-singletasking-Gesti%C3%B3n-conocimiento/dp/8492921412/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1462383622&sr=1-1&keywords=una+cosa+a+la+vez
- Qué es la infoxicación y cómo escapar de ella. http://www.ub.edu/procol/sites/default/files/infoxicacion%20pdf.pdf
- Test: ¿Eres adicto al móvil? http://www.ocu.org/salud/nc/calculadora/test-adiccion-movil#
- Cómo combatir los ladrones de tiempo: http://www.expansion.com/2014/02/17/emprendedores-empleo/desarrollo-de-carrera/1392657798.html
- ¿Dormir con el móvil en la mesilla de noche? No, no, no. http://smoda.elpais.com/moda/dormir-con-el-movil-en-la-mesilla-de-noche-no-no-no/