Howard Gardner es un referente internacional en la investigación de la mente humana. Durante años ha estudiado cómo los individuos aprenden, dirigen y crear, y cómo intercambian sus pensamientos con otras personas. Suya es la teoría de las inteligencias múltiples, que supuso una revolución cuando en 1983 definió la inteligencia como «un potencial biopsicológico para procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una o más culturas».
En 2008 publicó “Las cinco mentes del futuro”, que ofrece una nueva aproximación al tema en relación al cambio de época (más que “época de cambios”) que se está comenzando a vivir en la actualidad. Una era marcada por la globalización, el acceso a información desde cualquier dispositivo y en cualquier momento, y el intercambio libre de conocimiento entre personas y entidades. Se trata de una revolución nunca vista que marca una nueva forma de aprendizaje en las personas y en las organizaciones. Al hilo de esta profunda transformación digital del mundo, las personas se ven obligadas a trabajar y relacionarse de otro modo para sobrevivir profesionalmente en el mundo que llega. De este modo, Gardner define cinco capacidades cognitivas que serán determinantes: la mente disciplinada, la mente sintética, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética.
¿Cómo impactan y se relacionan estas cinco mentes del futuro con los procesos de cambio actuales? ¿Hasta qué punto se relacionan con las llamadas competencias digitales de los profesionales del siglo XXI? Hacemos a continuación una correlación entre ambas basándonos en el esquema de áreas competenciales definido en el Modelo de la Comisión Europea:
- La mente disciplinada consiste en el tipo de cognición “clásica”, es decir, aquella que nos permite dominar una disciplina o profesión. Para esto son necesarios al menos 10 años de dedicación, lo cual suma dos ámbitos complementarios: la importancia de la formación formal tradicional, por un lado, que nos da conocimientos reglados pero también disciplina y habilidades. Y la formación continua y constante, por otro, como hábito personal, es decir, la importancia del autoaprendizaje para seguir desarrollándose de manera autodidacta. Haciendo el nexo con las competencias digitales, hablamos del desarrollo del área competencial de la Comunicación, donde el conocimiento de las nuevas tecnologías nos ayudará a entrar en contacto con personas que saben más o diferente. Y con el área competencial de Creación de contenidos, para ser capaces de compartir información y colaborar a través de canales digitales.
- La mente sintética es aquella capaz de recabar, concretar y reformular información ya existente y utilizarla en beneficio propio y de los demás. Esta capacidad está en relación con algunos aspectos de dos áreas competenciales: Información (entendida como browsing, búsqueda y filtro de información, evaluación de la misma y almacenamiento y captura de información) y Creación de contenidos (desarrollar contenido, integrar y re-elaborarlo, así como dominio de temas de Copyright y licencias).
- La mente creativa busca caminos inexplorados por las dos mentes anteriores. Domina el pensamiento lateral, que se puede definir como la producción de ideas fuera del patrón habitual, utilizando la imaginación, la creatividad y un punto de vista alternativo.Ya se habla en la actualidad de los cogs, robots autónomos inteligentes con forma humana capaces de aprender a «pensar» a través de un proceso de aprendizaje cognitivo basado en la experiencia y la interacción social, muy similar al que utilizan los niños. E incluso de cogs que recogen toda la base de datos de conocimientos y emociones de una persona, permitiéndonos soñar con la inmortalidad. En este contexto, la mente creativa se adelantaría y emanciparía de lo que cualquier IA pudiera ser capaz de generar.
- La mente respetuosa se refiere al conocimiento y respeto de la diversidad: de género, raza, edad, opinión. Cada vez hay más “otros” y más minorías que conforman una mayoría heterogénea y con características diferenciadoras. Este punto se ligaría con el área competencial de Comunicación: la definición por parte de los individuos (en su aspecto personal y profesional) de una entidad sólida y coherente a través de canales físicos y virtuales que cumpla las normas de nettiquette y que desde el respeto al otro posibilite una comunicación multidireccional enriquecedora para las partes implicadas.
- La mente ética, que nos lleva un paso más allá y habla de la trascendencia de lo que hacemos en nuestra vida y en nuestro trabajo por y para mejorar la sociedad. La nueva economía colaborativa incide en estos aspectos, una revolución ligada a las nuevas tecnologías que rompe con los paradigmas empresariales tradicionales y, sobre todo, con el sentido de posesión material: lo mío puede ser nuestro y de otros, si a todos nos beneficia de algún modo. Este punto se conecta con el área competencial de Resolución de problemas, es decir, de cómo podemos identificar necesidades y encontrar respuestas innovadoras a través de la tecnología, así como de nuestro compromiso con la ciudadanía online.
Para Gardner, conocer y dominar estas cinco mentes será crítico a muy corto plazo. Podemos añadir que desarrollar las competencias digitales también lo será para ser un profesional que aporte valor, sea valorado y necesario para los demás, más allá de que se trabaje para una única empresa (un modelo en extinción) o para varias (know-mad, profesionales que ofrecen su talento para proyectos concretos, trabajando por proyectos y no por horas). Las personas que no cultiven sus cinco mentes serán más prescindibles y reemplazables frente a otras disciplinadas, capaces de sintetizar información y generar conocimiento nuevo, creativas, respetuosas y éticas. Es cuestión de elección. El futuro está en nuestras mentes.
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