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La práctica deliberada del talento

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Definir qué es talento para una organización es clave. Del concepto se declinan derivadas como la medición, el reconocimiento y la valoración del mismo, así como su búsqueda o desarrollo.

Talento es lo que tienen personas ordinarias que hacen cosas extraordinarias. También es cierto que muchas personas, aunque desempeñen durante muchos años un trabajo o una actividad, no destacan de forma especial. De hecho, suelen tener el mismo nivel de desempeño que cuando comenzaron a hacerlo.

Habitualmente se cree que el talento depende de unas capacidades innatas (físicas o intelectuales) o de la capacidad memorística. La tesis que defiende Geoff Colvien (1953) en su libro “El talento está sobrevalorado” va más allá del cociente intelectual o de la memoria, y se centra en lo que denomina la “práctica deliberada”.

Colvein pone como ejemplo un estudio científico realizado en la Academia de Música de Berlín Occidental a mediados de los años 90, en el que se tomaron como referencia tres grupos de alumnos de violín: los buenos, los mejores y los excelentes. Todos ellos tenían claro que el factor decisivo para marcar una diferencia cualitativa de excelencia era la práctica por cuenta propia, es decir, ensayar de forma constante e infatigable. Sin embargo, aunque todos lo sabían, no todos lo hacían o, mejor dicho, no lo hacían la misma cantidad de tiempo. Así, los violinistas excelentes practicaban unas 24 horas a la semana frente a las 9 semanales de los músicos buenos, y no solo eso: lo hacían desde mucho tiempo atrás, de tal manera que a los 18 años los violinistas “excelentes” habían acumulado 7.410 horas de práctica frente a las 3.420 del grupo de los músicos “buenos”.

Dicho de otro modo, las diferencias entre las personas con un talento / rendimiento extraordinario se diferenciaban de los adultos normales en la cantidad de esfuerzos deliberados acumulados para mejorar su rendimiento en un ámbito específico, aunque sus capacidades innatas fueran similares.

Los cinco atributos de la práctica deliberada

Según Colvein, la práctica deliberada se caracteriza por cinco atributos:

  1. Se trata de una actividad diseñada específicamente para mejorar el rendimiento por parte del individuo, de forma consciente.
  2. Se puede repetir muchas veces, sin caer en el desánimo, hasta interiorizar la práctica y automatizarla.
  3. Es fundamental contar con la opinión de un observador externo que proporcione feedback objetivo sobre la actuación del individuo (un entrenador o mentor).
  4. Es muy exigente mentalmente, y requiere un gran esfuerzo de atención y concentración, hasta el punto de ser prácticamente insoportable (según estudios de diferentes disciplinas, cuatro o cinco horas al día es el límite permisible por una persona en una práctica deliberada).
  5. Y, por último, la práctica deliberada no es divertida, puesto que obliga a salir de la zona de confort y hacer, repetir y perfeccionar precisamente todas aquellas cosas que no se nos dan bien.

Este tipo de prácticas nos permiten cruzar nuestros límites, ser conscientes de que necesitamos saber y aprender más constantemente, y por supuesto, desarrollar la memoria para recordar más y más rápido, siendo capaces de conectar de forma creativa más clústeres de información. Estas personas suelen leer y aprender de forma constante, activa y concentrada.

La práctica deliberada en el contexto empresarial

La clave para llevar a cabo la práctica deliberada en nuestro día a día, sea cual sea el trabajo que desempeñemos, es saber qué se quiere hacer, y qué pasos debemos dar para alcanzarlo. Estos pasos a menudo no tienen que ver con formación académica, sino con ser conscientes de nuestros límites, querer superarlos y apoyarnos en un mentor que nos aconseje sobre aquellas destrezas o capacidades que deberíamos dominar para avanzar hacia nuestra meta.

El tiempo disponible al día es el mismo para todas las personas. Sin embargo, aquellos que deciden ir más allá se caracterizan por una autorregulación de su tiempo, y una priorización del mismo encaminada a conseguir sus objetivos. Son personas que antes de comenzar el trabajo planifican sus actividades para optimizar su tiempo y su rendimiento (/y el de los demás), y que durante la jornada se observan “desde fuera” y piden feedback a otros de forma frecuente. Además, se comparan con referentes que les estimulen para estirar sus capacidades un poco más, en cada esfuerzo.

Para saber más:

Geoff Golvin, “El talento está sobrevalorado”. Editorial Gestión 2000, 2012.

Imagen de portada: https://unsplash.com/photos/OZDmI-vO7Io

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